14 febrero 2005

Ay San Valentín


Había una vez un chico llamado Valentín.
El vivía en una ciudad muy bonita, donde los árboles
saludaban a la brisa muy temprano en la tarde
y las abuelas, presurosas, poblaban las mesas de deliciosas
sangrías caseras, para saciar la sed del buen peregrino
que gustara pasar por ese lugar.
Las mañanas y las tardes eran de ensueño y la falta
de malos entendidos hacía de la vida, una exquisitez.
Valentín gustaba de jugar a la pelota en el potrero
junto con otros amiguitos, algunos vecinos, algunos no.
A veces los sorprendía la noche hurtando ciruelas de alguna
huerta amiga del lugar, obviamente con la complicidad
de su dueño, quien disfrutaba de ver a los atrevidos
colgados de sus árboles pensando que nadie los veía, mientras
degustaba de un aperitivo afín a los calores de la época,
al fin y al cabo que pensaran en su impunidad, los mostraba
en su estado mas auténtico, mas natural y eso
lo llenaba de goce y melancolía.
Un día Valentín creció, y conoció a alguien que nunca había
imaginado, tenía pelo largo, olía bien, y su piel era suave.
Entonces, ya no pudo jugar más, ya no daban resultado los juegos
pues su cabeza caprichosa, lo traicionaba, y no lo dejaba
apartar sus pensamientos de la niña de pelo largo y piel suave.
Fué entonces que Valentín supo por primera vez que debía
tomar una decisión, y así lo hizo.
Rompió su chanchito de ahorros, con el dinero que obtuvo
compró unos bombones y unas flores, esa tarde se bañó y le pidió a
su mamá que lo vistiera de fiesta, y así fué.
Valentin, todo valentía salió decididamente esa tarde noche,
espero a la niña en la puerta de su casa, cuando la vió
corrió a su encuentro; -Hola. (le dijo) -Hola. (ella respondió)
-Te traje estos bombones y estas flores. (dijo él) -Gracias. (respondió ella)
-Es que hace mas de dos semanas que no hago otra cosa
mas que pensar en vos... (dijo Valentín) -qué bien! (dijo la niña)
-y lo que me parece... es que estoy enamorado de vos, te quiero, y me gustaría
mucho conocerte, poder charlar, y tal vez quien sabe, vos también
sientas algo por mi... (dijo Valentín) -mmm ...lo siento mucho, (dijo ella) pero no siento
lo mismo por vos, me pareces simpático, si, pero te veo como a un amigo
y no creo que eso cambie... (completó la hermosa niña) -ah... bueno...igual...
no te hagas problema, son locuras mias, como siempre dice mi mamá
(dijo Valentín) -no, está bien, no hay problema, mmm sabés... me tengo que ir,
nos vemos otro día. (dijo ella) -bueno, adiós, nos vemos otros día dijo Valentín.
Y eso fué todo, y claro ese otro día no iba a existir.
Su primer contacto con el mundo adulto había ocurrido, así de golpe
y Valentín lloró, y se preguntó por qué no podía ser lo que el quería,
si después de todo, no era gran cosa, no pedía mucho, solo algunas
veces por semana , poder tomarla de la mano, verla crecer, saber sus miedos,
sus alegrias, pero no pudo ser, y ese fué el ultimo día que iba a hablar con ella
por el resto de su vida.
Fué No, y Valentín lloró y conoció un mundo con el cual
no tenía contacto, y ya nada fué igual para el amor.
Feliz Día de los enamorados blancas palomitas!!






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