Tsunami
Yo te siento venir, con el retrogusto de lo inevitable. Siento como vas invadiendo mi cuerpo. Entonces mi pulso se acelera y yo intento relajarme, creo por un momento que ésta vez voy a poder razonar con vos. Siempre es igual, siempre soy tan ingenuo. Intento focalizarme, tomar posturas no ortodoxas, presionar con mis manos a ver si te convenzo de que me dejes en paz. Sin embargo te veo venir, y no hay nada que yo pueda hacer para combatirte. Me invade una ansiedad ensordecedora y en es momento me empezás a aislar del lugar donde estoy. Ya no veo a nadie, solo unas nubes difusas, las voces en slow motion, el corazón que late desbocado, ya está, lo único que me separa de vos es tiempo y solo me queda huir, y en la mitad de la huida me alcanzás y me golpeás, una, dos, tres, cuatro, veinte.
Entonces, ya abatido en el piso de mi miseria, intento calmarme, mojarme la cara. Me presiono los ojos, me sueno la nariz y ruego para que si hay un dios, haga que ése haya sido el último estornudo de mi vida.
Entonces, ya abatido en el piso de mi miseria, intento calmarme, mojarme la cara. Me presiono los ojos, me sueno la nariz y ruego para que si hay un dios, haga que ése haya sido el último estornudo de mi vida.