11 octubre 2005

Una aguja en un pajar

Se casa en una semana, está enamorado. Su futura esposa es la mujer perfecta para él, una aguja en un pajar.
Suena el teléfono y atiende: Hola, y la voz en el teléfono; hola como estás, y él; bien, que hacés, ¿seguís preparando la despedida de solteras?, y la voz en el teléfono; si, de eso quería hablar con vos, necesito que vengas a mi casa para preguntarte una cuantas cosas, y él; ok, ¿a las cinco te parece bien?, y la voz en el teléfono; dale a las cinco te espero, besos.

Ella es la mejor amiga de su futura esposa, siempre que la ve es una experiencia celestial, ella combina tres cosas muy importantes para un hombre, es sexy, elegante y está más fuerte que la leche de Hiena.
Al llegar a su casa él está nervioso, prisionero de su cabeza que piensa locuras. Se baja del auto, se acerca a la puerta y toca el timbre (a ver que boludez querrá ahora).
Y ella abre la puerta: Hola lindo, y el; Pusieron semáforo en la esquina, no reconocía la cuadra, y ella; si hace como diez días, nos vamos modernizando, pero vení pasá, y entran en la casa.

Y ella; lo que quería hablar con vos es muy serio y me tenés que prometer que va a quedar acá, pase lo que pase, y el; hey, ¿que pasa? No me preocupes loca, ¿te pasó algo? ¿Algún problema de salud? Y ella no; nada de eso, mirá, no le doy más vueltas, vos te vas a casar la semana que viene con mi mejor amiga, soy conciente de eso, y el; si, eso no es novedad ¿y que tiene que ver…? Y ella; shhh, dejame hablar (y le posa suavemente dos dedos en los labios) y ella; vos me gustás desde el primer día en que te ví, me excita pensar en vos, siempre quise saber cómo se sentiría coger con vos y por otro lado se que yo te gusto y el; pará, eso es cualquie…(vuelve a posar sus dedos en sus labios) y ella; veo como me miras el culo disimuladamente, o las tetas en la fiesta de la semana pasada, pero bueno, lo que quería decirte es que quiero coger con vos, ser tu despedida de soltero.

El ambiente estaba cálido, por un momento todo era quietud y en sus oídos seguían resonando las palabras una y otra vez en un loop infinito: QUIERO SER TU DESPEDIDA DE SOLTERO.
Y ella; hagamos una cosa, yo voy a estar arriba en mi habitación, si aceptás mi propuesta subí, si no, podés irte y amigos como siempre, este encuentro nunca ocurrió. Se dio vuelta cuan larga era y subió las escaleras con decisión. Es una mujer preciosa y al subir daba un plano generoso de sus imponentes nalgas. El, tragó saliva y quedó freezado, pensó por un momento, sus ojos al piso, vio la cara de su novia, vio la fiesta, vio momentos de promesas, al mismo tiempo tenía una erección que rugía dentro de su pantalón. Pasaron dos minutos, dos minutos a veces pueden ser la eternidad, se dio vuelta y sale de la casa rapidamente.

Al salir, ve a su novia afuera llorando. Lo abraza con fuerza, emocionada. Y ella; perdoname por esta prueba ridícula, te pido por favor que me perdones pero yo necesitaba saber si vos sos el hombre que yo creo que sos, disculpame por favor. El estaba líbido, no por las palabras que salían de la boca de su futura esposa, si no porque todo lo vivido no era real, no existió nunca esa posibilidad celestial. La miró a los ojos y secó sus lágrimas, y el; ya está, no puedo creer lo que hiciste, estás loca, y ella; perdoname, pero te amo más que nunca, probé lo que quería probar, sos el hombre de mi vida. En ese momento el la miró fijo y dejó salir una sonrisa de su boca y la abrazó fuerte, entonces pensó: ¡Menos mal que guardo los preservativos en el auto!






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