15 abril 2005

Anger

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Muchas veces y a pesar de las buenas intenciones la imbecilidad gana.
Esa necesidad imperiosa de no pensar, de no hacerle caso a las señales, el goce por el vértigo para sentir que esta vida es limpia y pura y que sos parte de algo.
Es entonces, cuando nos topamos con gente interesada en dar su opinión, y lo hace, de una manera o la otra, la da, algunos piensan en que esa libertad de hacerlo es un regalo magnífico del cielo, que han sido bendecidos por la luz cegadora de la verdad, "hoy voy a decirles lo que pienso yo", pero, y como pasa en la mayoría de los casos, la elaboración de esa especie de declaración impide a la persona pensar realmente lo que quiere expresar, y finalmente no deja de plasmar algún que otro razonamiento trasnochado sobre cosas que no le constan, sobre situaciones que nunca vivió, que le son ajenas, que no entiende.
Lo malo no es meditar o no meditar, o que el razonamiento no sea tan profundo como alguien reflexivo pretende que sea, lo malo está en no medir las consecuencias, en no ver más allá del propio ego, el no pensar que muchas veces podes tener un efecto negativo en alguien, ofender personas gratuitamente.
Ser racista, xenófobo, sexista, clasista, homo fóbico, no es más que un síntoma de ignorancia. Refleja eso, ni más ni menos, pero, parece que hoy en día es algo hasta a veces celebrado por un grupo de "normales" que llevan la batuta.
Ayer por la noche, viendo un programa argentino de la línea "progre" (si se me permite la expresión) CQC, su columnista, un tal Ignacio Goano, quien supuestamente se ocupa de las editoriales de deporte en dicho semanario de noticias, habló sobre los incidentes de éste último fin de semana en las canchas de fútbol del mundo.
Se ocupó primero de destacar que no solo en Argentina se producen estos incidentes, como si eso nos aliviara, "miren, el país es una mierda pero no es el único!".
Habló de incidentes con una bandera nazi en Italia, de un enfrentamiento entre hinchas italianos con ingleses, y finalmente luego de introducirnos en la veta racista de los demás, nos dice que a él le consta que los jugadores de fútbol, en el fondo no piensan así, no son racistas, y que lo que pasó con el jugador argentino que fue detenido en Brasil, denunciado por otro jugador por racismo, es una tontería y que seguro el pibe no piensa eso. Acto seguido habló sobre el "folclore del fútbol" y no se cuantas estupideces más, y propuso que desde ahora las hinchadas propongan cánticos del estilo, "rubiecito cagón" ó "blanquito de mierda" ó "andá a tu casa que tu mujer te quiere".
Luego de semejante exposición de estupidez, quedé atónito, y creo que hasta el mismo Pergolini no la podía creer, y su cara reflejaba un "Espero que ninguna persona pensante esté viendo esta sección".
Por un momento pensé en olvidarlo, no resiste mayor análisis me dije, sería simpático sino fuera patético, y no se cuantos latiguillos más, pero hoy me levanté y cansado de la intolerancia de los ignorantes que pueblan este bendito planeta, me dije, voy a escribir algo carajo mierda!. Y aquí estoy.
Los que crean que todo esto no deja de ser una nota de color, creo honestamente deberían reflexionar largo sobre el tema, aunque sea en su ser más profundo, para por lo menos ser honestos consigo mismo, nunca es tarde para cambiar, nunca es tarde para mejorar.
No es ser progre decir, "si, soy facho, pero por lo menos lo reconozco" ó "si, no me banco los putos, pero por lo menos lo digo", no es progre denigrar a la gente, no es progre ser un ignorante, pero siempre está abierta la posibilidad de cambiar, de soltar las estructuras, de dejar que todo eso que tenemos rigidizado adentro se caiga al piso, para luego y con paciencia, volver a construir todo de la manera menos dolorosa para nosotros y para los demás.
En China la palabra caos, significa también oportunidad.






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