10 enero 2005

Rememberings


Por la noche del domingo me sorprendí a mi mismo pensando cosas que me ayudan a entender otras.
Pensé mucho en las sensaciones que no pueden ocurrir mas que en un solo lugar. No pensé en sensaciones que no viví como podría ser pararse frente a la pirámide de Keops y contemplar su belleza mientras el sol del Sahara, al estilo Marta Harff me hace un peeling natural.
Recordé años mas adolescentes, recordé el invierno en esas épocas, y recordé como eran la mayoría de los domingos, por la tarde, cuando todo tenía un sabor especial.
Una tarde fría, de invierno, domingo, me levanto de la cama con una sensación de haber trasnochado largo, es de tarde ya, me pasé el desayuno y el almuerzo, entonces me empecé a vestir, la madera del piso se sentía fria en mis pies desnudos y mientras me ponía un sweater, esos de lana gruesa que acostumbraba tejer mi abuela solo para mi, ya con perfume a mucha intimidad entre ambos, me dirigí lentamente pasando uno por uno los ambientes de la casa de mis padres, hacia la puerta de calle, como perro que es llamado para tomar su baño semanal, con mucha cautela y desconfianza, llegué a la calle.
Al abrir la puerta el panorama era desolador, no se porque la gente no sale los domingos de invierno a la calle, el piso húmedo, la sensación del frío amigable por conocido pero frío aun, y ese aroma en el aire, a mezcla de cosas que trae el viento y la lluvia, a hojas y tierra mojada, que se amontonan en alguna de esas veredas de colores con baldosas levantadas por los arboles, que forman pequeños pozos que al llover se llenan de agua formando laguitos que frenan las hojas y transforman la tierra en barro y hacen que todo encaje alli, hay movimiento.
Camino y siento que el frío humedo acaricia mi nariz, siempre me gustó el invierno, y el sonido de algun auto que pasa a lo lejos en alguna avenida, estimula mis oidos, camino y miro en todas direcciones buscando algo o alguien, pero no hay nada, solo una tarde de domingo en invierno, la gente se da permisos, y abandona las calles, dejandolas solas para mi, camino y miro el aliento que sale como humo de mi boca, se que que al regresar a mi casa, todo estará lleno de sonidos que tienen que ver con la organización de la vida semanal, la tv sonará distinta, a domingo y la gente que vive conmigo estará muy ocupada preparando su semana.
Se que estas sensaciones me acompañan desde haca mucho tiempo, y solo estando en Liniers creo que pude vivirlas y recordarlas, ya que estoy convencido que en ninguna otra parte del mundo pasa eso los domingos de invierno a la tarde, y eso me hace de ahi, me da ese origen y yo lo acepto aunque sigo buscando nuevas sensaciones que me hagan ver todo esto con solo cerrar los ojos un instante y poder revivirlas como si fuesen reales.
KiLL






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