03 noviembre 2005

Bola de cristal

bola de cristal

Bien, está claro que las apreciaba, si, pero lo último que quería en este mundo era enamorarse de ellas.
Robert Walser

Se que estás ahí, escuchando desde los lugares jamás pensados, en la búsqueda que nos lleva a todos hacia el mismo camino, la vida.
Hoy quiero decirte que no estoy más en el lugar que supe estar toda mi vida, el del guardián macho vigilante de su parcela. Tristemente me choqué con la realidad leyendo algo que no tenía que leer, y con cada palabra que pronunciaba, cada uno de mis sueños entraba en terapia intensiva.

Cuando me pongo a pensar en la situación en si, la galería de mis impedimentos sale de la pared, impulsada por un control remoto mental, mi alma entonces parece una suite digna de Isidoro Cañones y me acerco para elegir con cual de todos ellos interpretar mi realidad.

El destino es todo aquello que desconocemos de nosotros mismos, suena inapelable pero lleno de verdad, y aquí estoy arrastrándome, y, mientras se consume la colilla de mi anteúltimo cigarrillo, empiezo a repasar en qué momento empecé a perderte.

Siempre me interesó más tener una bola de cristal mágico que me muestre mi futuro que en construir confianza. En definitiva simpre fuí egoísta y no solo eso, me vanaglorié ante el mundo con lágrimas en los ojos, convenciéndolo de mi generosidad sin límites. Convencí a muchos menos a mi.

Hoy me siento un niño, un perro escapándole al hambre, un árbol secándose en medio del desierto, ¿es que no irá a llover ya nunca más?
Como esas bolas mágicas son un poco difíciles de encontrar hoy en día, acepté la oferta de mi paranoia, y me puse en sus manos. Con pena veo hoy que nunca podré encontrar la verdad de su mano, solo un montón de indicios que confunden mi existencia.

Hoy necesito una fórmula para poder crear algo que la destruya, ya que cuando la abandoné me buscó y me encontró tantas veces como quiso, como el anillo de Tolkien mi compulsión por el poder que me da me genera malestares, y caigo rendido a sus pies, una y mil veces, indefenso.

Creo que es tiempo de crecer para mi, creo que ha llegado ese momento incómodo de mi vida, en donde todo cuesta el triple y se come estiercol durante un tiempo incierto.
Creo que ha llegado el momento de aceptar mi derrota y reconocer que estoy completamente perdido, que no encuentro el camino a casa.

De igual manera, se que el tuyo llegó también, es hora de que me enfrentes, es hora de que me lastimes con la verdad, la que está escrita y que no debí leer. La cadena de mandato se ha roto finalmente y estamos en medio de un motín de humores y sentimientos y ya no los podemos esquivar en una baldosa. El amor es algo que se vive pero que no se padece, el amor es tiempo, es perder el interés por el entorno, todo se va de foco, solo quedás vos a solas con el amor y no se deja engañar tan facilmente.

Quiero que sepas que voy a seguir intentando, que no me voy a caer, por más que mis piernas se quiebren no pienso caer. La energía del intento habita en mi y hoy más que nunca tengo la certeza de que es la mejor bola de cristal que alguna vez haya podido conseguir.






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